Blog para la asignatura crítica de cine

...

domingo, 27 de junio de 2010

"C.R.A.Z.Y", Jean-Marc Vallée, 2005


  • Título Original: C.R.A.Z.Y. (CRAZY)
  • Año:2005
  • Duración: 127 min.
  • País: Canadá
  • Director: Jean-Marc Vallée
  • Guión: Jean-Marc Vallée, François Boulay
  • Música: Pink Floyd, David Bowie, Patsy Cline, entre otros.
  • Fotografía: Pierre Mignot
  • Reparto: Michel Côté, Danielle Proulx, Marc-André Grondin, Émile Vallée
  • Premios: 2005: Festival de Toronto: Mejor película canadiense
  • Género: Drama | Homosexualidad

Sinceramente, no quise leer nada absolutamente que tuviera que ver con esta película antes de verla para enfrentarme a ella de la forma más pura posible. Así que me acomodé en mi habitación para ver Crazy. en la tarde de un domingo cualquiera con la mente completamente en blanco y receptiva a lo que Jean-Marc Vallée me quisiera contar.


La verdad, el título de Crazy no me inspiraba nada, ningún dato, ninguna idea. Pronto, la escena de un parto y el consiguiente nacimiento de Zachary, el cuarto de cinco hermanos me situará en el seno de una familia muy tradicional residente en Canadá durante la década de los 60, 70 y principios de los 80.


De clase media alta, los padres de Zac, previamente habían engendrado 3 hijos, todos varones. Así que durante los primeros 40 minutos del film me entretuve viviendo la bonita infancia de estos cuatro hermanos, a la espera de un quinto, aunque al mismo tiempo sentía que la película me estaba empezando a aburrir.

Durante estos minutos nos daremos cuenta que Zac será un niño muy especial, diferente a sus hermanos. Ya, desde su infancia, se manifestará sus intereses y tendencias sexuales hasta el punto de llamar la atención de su padre, Gervais. La posible homosexualidad desde tan temprana edad, hará que éste se vuelque en la educación de su cuarto hijo para intentar “subsanar” la posible desviación. (No debemos olvidar que se trata de una familia muy tradicional con valores muy arraigados).

Se creará un vínculo muy especial entre padre e hijo que se romperá de alguna forma durante la adolescencia de Zac. Los problemas no tardarán en aparecer, sobre todo entre Zac y su hermano Raymond. Será ésta una relación muy difícil, y las constantes luchas interiores de Zac por negar la evidencia de su homosexualidad, darán lugar a ciertos enfrentamientos con su padre.

Al ser consciente de la decepción de éste, Zac hará todo lo posible para recuperar el estrecho vínculo que le unía con él desde niño, esa relación especial que no se retomará hasta que lleguen a aceptarse el uno al otro.
Esta relación será la trama más importante de la película. Todo girará en el intento de Zac por recuperar a su padre y de éste por aceptar a su hijo. Y se mantendrá la tensión emocional hasta el final de la película.

El amor está por encima de TODO


Jean-Marc Vallée narra una historia de amor, desesperada y familiar. Todo gira entorno al amor y el verdadero éxito de esta película es la inmejorable forma en la que está contada. La fluidez y la incertidumbre que plantean los acontecimientos hacen necesario el hecho de plagarla de detalles, metáforas y constantes guiños con el espectador para establecer esa identificación con los personajes. Así como por ejemplo el disco de Patsy Cline con el tema central “Crazy” se convertirán en el leit motiv de la película. El disco se convertirá en un personaje más y entorno a él se sucederán varios momentos importantes. El más reseñable para mí, cuando informan por teléfono de la muerte de Raymond y aparece Gervais en primer plano escuchando esta canción con unos cascos. Una escena más que conseguida.


Sin embargo, la película presenta en sus inicios un tono muy desenfadado y sobre todo, en clave de humor. Durante la infancia de Zac, la pantalla se inunda de tiernas imágenes, de navidades y cumpleaños llenos de color y diversión. Sin embargo, este colorido pronto se neutralizará; a medida en que se ahonda en las relaciones entre los miembros.


Lo más interesante es el dilema que plantea. A medida que vas viendo la película, desarrollas una profunda empatía hacia el protagonista; pero al mismo tiempo, también con su padre. Es decir, se le plantea al espectador un conflicto moral. Ambos tienen razón y es imposible ponerse de parte de uno u otro. No hay buenos ni malos. Se crea cierta incertidumbre y una inquieta espera para ver cómo se resuelve la historia.


Crazy
: una película de relaciones y de búsqueda.


Crazy
es una película de relaciones, sobre todo familiares. Plantea ciertos valores, que a simple vista, podrán resultar muy tópicos, como el amor, la religión, la homosexualidad y la familia. Pero están expuestos de tal forma que no llegan a caer en convencionalismos. El cuidado del director al tratar ciertos temas como las drogas, la muerte, la homosexualidad, sin profundizar mucho en ellos, puede hacer de Crazy una película algo superficial, pero no es el caso.


En su madre, Zac encontrará su salvadora. Esta relación quedará relegada a un segundo plano y no por ello menos importante. Pero la importancia en sí la tendrá la relación entre padre e hijo y la constante intermitencia de la misma.
Este conflicto generacional tendrá lugar debido a los nuevos valores que irá adoptando Zac a medida que va creciendo. Durante su adolescencia vivirá una constante búsqueda interior y una profunda lucha por definir su personalidad, en la que tendrá muchísimo que ver los valores culturales de la época: la música, las modas, el instituto, el hachís, la presión social, la iglesia…

En este sentido creo que Jean-Marc Vallée acierta de pleno con su personal contextualización cultural. Para los 70 hará uso de la música de Pink Floyd y David Bowie, un importantísimo icono gay que al mismo tiempo nos dará la información necesaria acerca de las posibles tendencias sexuales de Zac. Para los 80, Zac será un Dj de éxito. Dejará atrás los pantalones pitillo para vestirse con un estilo más electro-punk/emotive, es decir, con ropa de cuero y de color negro.


Con sus hermanos, la única relación que tendrá importancia es la que mantiene con su hermano Raymond, el más conflictivo. Zac será el hijo favorito, por su condición especial. Raymond será el rebelde cuyo final será bastante previsible.



Los caminos del Señor son inescrutables


Como expliqué anteriormente, la relación que mantiene Zac con su madre es completamente espiritual. Es la manera que tiene Jean-Marc Vallée de introducir la religión en el film, acompañado de ciertos elementos simbólicos como los crucifijos que portan tanto madre como el hijo, así como los cuadros decorativos del salón con el rostro de Jesucristo.
Zac heredará de sus padres los valores del Cristianismo y con ello, el sentimiento de culpa que emana de la propia moral cristiana y que se repetirá a lo largo de toda la película.

Los padres se sentirán culpables por la educación que le han dado a sus hijos. A su vez, Zac vivirá un completo infierno por sentirse diferente a los demás y defraudar a su padre.


Es interesante como el director presenta a Zac como “El Elegido”. Zac tiene la capacidad de curar hemorragias, como Jesucristo de hacer milagros. Es muy importante la simbología que adopta Jean Marc Vallé. Cuando Zac decide marcharse y emprender su viaje espiritual para encontrarse a sí mismo, no se marcha a un sitio cualquiera; Va hacia Jerusalem, hacia Tierra Santa. Allí mantendrá su primera relación sexual con un hombre. Éste representa fielmente la imagen iconográfica del Jesucristo occidental: un hombre joven de tez clara, pelo largo y barba. A partir de esto, Zac parece ver la luz y encontrarse a sí mismo.


Aunque creo que esta escena es interesante, rompe el ritmo que hasta ahora llevaba la película. El viaje a Jerusalem da un giro total a la trama. Aparecen escenarios nuevos, el ritmo que hasta la boda de Christian parecía estancarse, de pronto cambia. La trama “se actualiza” llegan los 80 y con la nueva década, un nuevo estilo musical: la música electrónica. Con ella se acelera la acción y a su vez, la muerte de Raymond que precederá el emotivo final del film.



Valoracion personal


Es una película que quizás no sea la mejor, pero si que opino que invita a sentir, a disfrutar y a reflexionar. Con ella he reído y he llorado, quizás también es una condición sine qua non mi proceder de una familia numerosa y todo lo que ello conlleva, que me hace desarrollar esa profunda empatía por Zac y su padre.


Por otro lado, es de agradecer, que el director no tenga intenciones de imponer ni dirigir la mirada del espectador hacia ningún valor concreto. La película es sensacional por eso, abre la veda de la discusión, de la reflexión sin dejar indiferente a nadie.

El uso de la música es inmejorable. Los valores culturales están muy bien definidos gracias al acompañamiento musical y las modas y los caracteres de los personajes. Hay un tema central como expliqué antes, “Crazy”, de Pasty Cline, así como la afición de Gervais por la chanson française, típica de los años 60.


Los momentos de gran tensión emocional son el monólogo final de Gervais y el abrazo de éste y su hijo Zac. Sólo por ello merece la pena ver esta película.


Al final, y pareciendo que ya no pudieran haber más sorpresas, es cuando se entiende el significado de su título: C.R.A.Z.Y , que no es más que el nombre de los cinco hermanos: Christian, Raymond, Antoine, Zachary e Yvan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario