Blog para la asignatura crítica de cine

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jueves, 6 de mayo de 2010

"Your name is Justine", Franco de Peña, 2006



  • Titulo original: Masz na imie Justine
  • Director: Franco de Pena
  • País: Polonia - Luxemburgo
  • Año: 2006
  • Interpretación: Jale Arikan, Elizabeth Bruck, Malgorzata Buczkowska, Jean-Marc Calderón, Mathieu Carrière, Anna Cieslak, Katarzyna Cygler, Fréderic Frenay, Arno Frisch, Maciej Kozlowski, Nedjad Kurtagic.
  • Género: Thriller psicológico
  • Duración: 97 min


“ Trata de blancas: la esclavitud del siglo XXI”


Your name is Justine es una coproducción alemana – luxemburguesa - polaca, realizada con fondos de Europeos como Euroimage.

Al ser Peña un director venezolano, choca que haya tratado un tema tan europeo, pero en realidad, y a pesar de que en Europa más dos mil mujeres son vendidas para ejercer la prostitución, 15.000 de ellas son de nacionalidad Polaca. Desgraciadamente, la trata de blancas es un hecho universal; es decir, esta historia, más allá de Polonia y Alemania, perfectamente podría extrapolarse a Asia o Latinoamérica.

La sensibilidad del director por este tema le ha impulsado a dirigir este drama tan crudo que representa una realidad que muchos no quieren atender. Datos curiosos de la preproducción del film apuntan que mientras Franco se documentaba e investigaba para realizar la película, se encontró con el rechazo y la negativa de ciudadanos alemanes, polacos y franceses que hacían oídos sordos a este tema. Probablemente por prejuicios hacia las prostitutas. Aunque habría que señalar, que la mayoría de ellas no lo son, sino que son engañadas y raptadas para ese fin precisamente.

Hablamos de una película que bebe directamente de las películas del realizador polaco Roman Polanski. “Especialmente El Inquilino y Repulsión fueron determinantes para establecer la estética y la narrativa del suspenso que usé”, afirma de Peña.

En cuanto al argumento, se narra el calvario que vive Mariola al ser vendida por su propio novio con el fin de ser esclava y sometida a la prostitución.
Mariola se nos presenta como es una joven inocente y responsable, que vive con su abuela sola en Polonia. Mantiene una relación sentimental oculta con un ex-compañero de clase, Artur, de la cual sólo serán conocedoras sus dos amigas más íntimas. Artur le propone emprender un viaje por Europa con un primer destino, Alemania. Es allí donde él mismo la venderá y la someterá a la prostitución.

Este film se integra dentro de la clásica estructura narrativa de los 3 actos. El desarrollo del argumento es lineal, progresivo. Los acontecimientos suceden de tal forma que irán tintando de gris la dulce vida de la joven Mariola. El primer contraste que se aprecia es el clima afable y naif de las chicas bebiendo vodka en la cama, deseando una nueva vida donde poder librarse de ese frío trabajo en la cámara frigorífica con el duro destino con que le esperará después.

La primera escena deja en el espectador una sutil huella que tras finalizar la película, puede encontrarle cierto sentido. Es una especie de pista que se le anticipa al mismo en la que se resume simbólicamente el film con 3 elementos: los cerdos, el cuchillo y la carne que tiene que cortar Mariola para ser aceptada en el trabajo.

El ritmo del film es adecuado hasta cierto momento. Cuando Mariola es raptada por su novio se vive el momento más tenso de toda la película, a continuación, se puede apreciar un cierto estancamiento en el desarrollo de la historia. El intento de mostrar las dos semanas que los proxenetas dejan a la joven a cargo de Niko para que se “conciencie” de su nuevo trabajo, puede resultar extenso. Es exagerado dedicarle tanto tiempo fílmico a tal hecho, pero cierto es que también llega a ser necesario para entender el estado psicológico y mental que sufre la joven, a partir de ahora, Justine.

En estas dos semanas, que abarcan la mitad del 2º acto, vemos como sufre varios intentos de suicidio, de escapar, de oír voces, de autodañarse… siempre dejándonos entre ver la actitud positiva y las ganas de vivir de la chica ante tal situación. Todo ello reflejado en una sucesión de primeros planos a la chica. Mariola se resiste a tirarse por la ventana, e incluso a cortarse las venas con el cristal, que usa para cortarse el pelo en un acto de rebeldía. Es admirable la puesta en escena de Anna Cieślak. Los gestos, las miradas, el tarareo de la triste canción infantil crean un ambiente desquiciante, de locura extrema, ayudado en gran parte por la caracterización mediante pelucas y el demacrado aspecto de su rostro.

La otra mitad del 2º acto se inicia cuando Niko, la “salva y protege” y se la lleva supuestamente para llevar una vida mejor. Justine es engañada por segunda vez. Seguirá siendo una esclava sexual, solo que en otro lugar. La vida de la chica, empezará a tener otro color. Se nota en este momento un cambio brusco en el escenario. Desde que la joven es secuestrada vive encerrada en un piso franco, en el extrarradio de la ciudad. Un lugar abandonado, gris y muy frío, donde las paredes de color oscuro casi asfixiante, encierran un salón decorado con unos muebles austeros. El lugar es aún más desolador al apreciarse el tapiado de las ventanas por ladrillos y cemento. La sensación de soledad es tal que Mariola se ve impulsada a querer saltar los 4 pisos que la separan del suelo varias veces. Pero lejos de eso, un fallo de su “daddy” será el detonante para escapar con Niko. Cuando esto ocurre, se cambia completamente el estilo del decorado. Su otra vida se presenta en un piso muy luminoso, decorado con colores más cálidos donde Justine gozará de una semi-libertad.

A partir de este momento, la historia transcurre sin pena ni gloria, el argumento pierde fuerza y la historia se suaviza bastante. Se suceden escenas repetitivas e innecesarias como el paso de clientes a la habitación de la chica donde Peña quiere dejar claro las ansias de escapar de Justine. Tras este cuarto de hora de relleno, se nos aproxima hacia el final. Bastante decepcionante. Nada que ver con la tensión inicial escenificada con la triple violación y los gritos de la chica. Creo que el argumento de la llamada al timbre de la casa, es bastante fácil, así como era también es bastante previsible que utilizara el cuchillo con el que corta la cebolla para vengarse y matar a Artur. Pero es más torpe aún mostrar durante 10 minutos como Niko mira a través de la cámara a todo el que llama, y finalmente abra la puerta a un desconocido sin verlo por la mirilla.

En cuanto a la resolución del argumento, vuelvo a decir por segunda vez, decepcionante. Es donde pierde la consideración de “Película” para pasar a considerarse Telefilme. No cuadra que Franco extienda tantísimo la trama para luego querer resolverla en los últimos cinco minutos. Se mete con calzador un arresto, un encierro en prisión de 3 años de duración y una vuelta a Polonia, donde se reencuentra con sus amigas. Sinceramente, con la detención de la chica podría darse por finalizada la historia. Resulta bastante redundante el proceso hasta que vuelve a la tumba de su anciana abuela, que por cierto, apenas queda reflejada ni una lágrima de dolor.

Tras todo lo ocurrido, parece que solo hacen falta 30 segundos de reflexión para darle a entender al espectador que Mariola ha superado todos sus traumas y que vuelve a ser “feliz” corriendo por la playa.

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